Bueno en realidad No no mataria a nadie Nosotros no somos nadie para decir quien merece vivir y quien no.
de otra forma cuidémonos entonces de las “explicaciones” de la violencia. Es fácil deslizarse de la explicación o la justificación, para asombrarse luego de los resultados, cuando la violencia continúa, roto el esquema. Se ha sido complaciente con la muerte y la muerte tardará en abandonarnos. Uno no puede menos de recordar las reticencias y las argucias verbales que han acompañado, en diferentes sectores, los asesinatos de los que hemos sido testigos. No nos asombremos ahora al encontrarnos, un buen día, con la violencia convertida en un ítem más de la vida argentina, precisamente bajo el gobierno del pueblo. Los que hacen profesión de catolicismo son en esto tan responsables como los demás. La violencia nos ha sonreído y satisfecho, especialmente cuando se ejecuta a ricos y poderosos, hasta el extremo de haber construido, para uso común, una “teología de la revolución”. Muy bien. Recojamos lo que sembramos. Tendré todavía algo que decir al respecto, más adelante.