El Rojo apostó por un planteo pragmático y superó por 1-0 a Gimnasia en Avellaneda, en el debut de la dupla interina compuesta por Pavoni y Sá. En un duelo discreto, Galeano (PT 27m) hizo el único gol y le dio pizcas de tranquilidad al local, que aún debe definir quién será el sucesor de Garnero.
Independiente derrotó por 1-0 a Gimnasia en el estadio Libertadores de América y consiguió su primera victoria en el Torneo Apertura, luego de una sequía de siete partidos que le costó el puesto a Daniel Garnero. En plena crisis futbolística, el equipo de Avellaneda se alió con el pragmatismo para conseguir una bocanada de oxígeno en plena búsqueda del nuevo entrenador. En tanto, el Lobo volvió a su triste realidad tras el triunfo ante Huracán y retrocedió en la cruel puja por la permanencia.
Sin Garnero en el banco ni César Menotti en el palco, el Rojo no pudo colorear su desteñida imagen. La dupla Pavoni-Sá armó un 4-4-2 férreo que incluyó a Eduardo Tuzzio como doble cinco y a Lucas Mareque nuevamente de lateral izquierdo. Con esa austera receta, el elenco de Avellaneda conservó su alarmante falta de concepto de juego, aunque se vio beneficiado porque enfrente tuvo a un Gimnasia con carencias similares. Fueron tal para cual.
El envión de la goleada frente al Globo empujó al Lobo durante los primeros 15 minutos. Hernán Encina asumió la responsabilidad de conducir al visitante e inquietó en el arranque con su gambeta. Pero cuando se apagó el ex Central, Gimnasia retornó a su habitual concierto de centros previsibles. El empate era el mejor veredicto para el opaco periodo inicial, pero el Rojo descargó la bronca acumulada a los 27 minutos. El central Leonel Galeano recogió la pelota en el área rival, se perfiló para su zurda y sacó un disparo con destino de ángulo. Un oasis entre tanta mediocridad.
Para afrontar el complemento, Independiente decidió reforzar su estructura defensiva y adoptó una postura contragolpeadora. Las dos líneas de cuatro se solidificaron y los puntas Parra y Silvera fueron buscados mediante pelotazos largos. Por su parte, el Lobo asumió la iniciativa pero ni siquiera le hizo rasguños a Hilario Navarro. En ese marco, el local hizo negocio: sufrió poco y le sacó jugo a cada avance. A los 11, Galeano estrelló una pelota en el travesaño luego de un córner. Y a los 27, Silvera convirtió tras recibir desde un tiro libre, pero el línea anuló la jugada por un supuesto offside.
Independiente transitaba con serenidad hacia su primera victoria, aunque a falta de 10 minutos su ventaja tambaleó. Primero, Castro recibió desde la izquierda y, a la hora de empatar, mandó la pelota por arriba del travesaño. Poco después, el mismo volante derrochó otra oportunidad frente a Navarro. En tanto, el Rojo también tuvo la chance de terminar el sufrimiento, pero el remate de Silvera salió apenas desviado.
En tiempo de descuento, Gimnasia le regaló su último piropo al empate, pero éste volvió a decirle no. Iriarte se animó desde lejos con su zurda y Navarro le ahogó el sueño a los platenses con una notable atajada. Pese a que mantiene las mismas flaquezas de siempre, Independiente se regaló un triunfo clave en la faz anímica. Mientras los dirigentes buscan al sucesor de Garnero, Pavoni y Sá se pusieron el piloto de tormentas y sacaron a flote a un equipo destruido. El próximo martes, ante Defensor Sporting, el desafío será más exigente.