Sergio Martínez le ganó por knock out al yanqui Paul Williams en el segundo round de la pelea, tal como había prometido. Así se desquitó de la injusta caída del año pasado.
Sergio Martínez le hizo honor a su apodo, aquél que recibiera hace más de 15 años en sus primeros pasos aficionados en el sur del Gran Buenos Aires. Martínez anoche fue una Maravilla. El zurdo lució en excelente nivel y le dio una lección al estadounidense Paul Williams, reteniendo por primera vez el cetro mediano del Consejo Mundial al noquearlo en el segundo round del combate realizado en el Boardwalk Hall de Atlantic City.
“No me van a robar como la primera vez. Lo voy a noquear rápido”, avisó el quilmeño, que tenía bien claro la discutida caída del 5 de diciembre último, en ese mismo escenario de Nueva Jersey, cuando lo vieron caer por decisión. ¡Y vaya que cumplió! Con un gancho de antología lo dejó seco en el ring. La discutida caída del 2009 lo posicionó tan bien en el medio norteamericano (fue la mejor pelea del año para los cronistas de boxeo) que en el siguiente combate, el quilmeño logró el cetro mundial ante al estadounidense Kelly Pavlik, el 17 de abril último, en ese mismo estadio del estado de Nueva Jersey.
Confiado por una preparación que catalogó como “la mejor de mi vida”, Martínez (46-2-2, 30 ko) le había anticipado a Olé que ahora no quería depender de las tarjetas. “Gracias al trabajo de años con mi entrenador Gabriel Sarmiento, cada día pego más duro. Hasta yo me sorprendo de lo que estoy haciendo. Ya lo van a ver en pelea”, avisó en la semana. El campamento de Martínez (que pesó 71,450 kg) había elegido los guantes Reyes y no fue una decisión errada. Los mexicanos tienen poco peso en los nudillos y hacen sentir más el poder de los golpes. Williams (70,750 kg) usó los Everlast (mucho más acolchados) por un tema de patrocinio y pagó caro por eso.
Martínez salió a acortar la distancia desde la primera campana para hacerle sentir su mano. Le ganaba el anticipo al larguirucho Williams (7 cm más alto y con 15 cm más de alcance) o, agachándose bastante, le pasaba los golpes curvos y respondía con dureza. Así llegó varias veces a la cara de su rival, quien se volvió al rincón preocupado.
En el segundo asalto, Martínez siguió metiendo fricción. Tras 60 segundos lo midió bien y cuando encontró la ventana abierta que dejaba el puño derecho bajo, su zurda explotó en el mentón del yanqui. Williams cayó dormido y tardó casi un minuto en despertarse. Su récord bajó a 39-2 (27 ko).