Estudiantes fue muy superior a Huracán y, con goles de Mercado y Enzo Pérez, le ganó 2-0 y le sacó tres puntos de ventaja a Vélez, que va contra Gimnasia. El León sigue firme en su camino al título.
Con paciencia, sin desesperarse y con mucha seguridad. Estas fueron tres cuestiones fundamentales que tuvo Estudiantes, que fue ampliamente superior a Huracán y lo derrotó 2-0. Es que, si bien el Pincha tuvo que esperar apenas ocho minutos para abrir el marcador, la solvencia y la firmeza que mostraron todas sus líneas explica que ganó cómodo, sin exigirse.
No fue muy difícil para los de Sabella perforar el arco de Calviño. Tras superar la ráfaga del Globo, que no paró de atacar durante los primeros cinco minutos, Estudiantes encontró el gol en la primera peligrosa que tuvo: tiro libre ejecutado por Verón, peina Federico Fernández y la pelota queda en el piso, a centímetros del área. Ahí, Gabriel Mercado se tiró con los pies para adelante y la empujó, cometiéndole falta al defensor que intentaba rechazar.
Desde el 1-0, los pibes de Brindisi se desesperaron y jamás encontraron el eje. El Pincha, con orden, pausado, lo manejó hasta que en la segunda parte Enzo Pérez encaró a Calviño, amagó a rematar y, al esquivar al arquero, definió y clavó el 2-0 final. Como si esto fuera poco, los de La Plata celebraron la vuelta de Rodrigo López, que entró unos minutos en lugar de la Gata Fernández.
Con los tres puntos en casa, Estudiantes se queda con una de las cinco finales que lo separan del título. Así, le mete presión a Vélez, que está obligado a ganarle a Gimnasia en el Bosque para seguir en la cima. Huracán, en cambio, necesita que San Lorenzo evite una victoria de River, ya que en caso de ganar, los de Núñez los alcanzarían en la tabla de Promedios.
Perea metió un gran salto y hundió a Newell's, que buscaba el empate en Floresta. Matos había hecho el primero para la revelación del torneo.
"Uy, no te puedo creer, che". "¡Pero qué mala leche que tenemos, no la podemos meter!". "¡Pateá, Pérez, era tuyo hermano!". "Qué pase de Bernardi, mirá lo que se come este pibe Sperdutti". En el único concepto, en la única premisa, que fallaron All Boys y Newell's hasta los 35' minutos del primer tiempo, fue en la conversión, en el pase a la red. Por Floresta se olía el dulce aroma del gol, producto de un incesante golpe por golpe que propusieron los dos equipos...
Por eso, por cómo se decidieron ambos a preocuparse más por ganar los porotos que por perderlos, fue que las vibraciones se extendieron hasta que el gol de Matos les dio razón de ser y no dejaron de presentarse. Estigarribia había probado a Cambiasso desde afuera, Pérez García se vio solito y solo –gran taco de Matos- pero decidió tirar un centro en lugar de definir, Bernardi era incisivo y Sperditti se lo perdía increíblemente tras su gran pase... El gol se hizo esperar, pero un buen tiro de Ereros dio en el palo de Peratta, la pelota quedó a merced del nueve y éste, goleador del Albo en el Apertura, mató la sequía.
Los de Pepe Romero tuvieron juego asociado, organización y la exactitud para ponerse arriba. Y, en su casa sólo Vélez pudo doblegarlo. All Boys se dio el lujo con muchos (entre ellos Estudiantes, River e Independiente) y el hecho de que la Lepra no había perdido ninguna vez de visitante en el campeonato, era un bife jugoso para deglutir en su estómago. Perea, que entró por Juan Pablo Rodríguez –el hacedor de la victoria ante River-, metió la sentencia final elevándose por encima de Cichero cuando el recorrido del partido giraba a favor de los rosarinos.
Los dos tenían objetivos bien distintos. Los de Sensini perdieron terreno en la permanente lucha por el ingreso a la Libertadores, tanto que si Racing gana podría arrebatarles el lugar. All Boys siempre tuvo entre ceja y ceja el suyo: el promedio. Pero con su forma, esa que lo caracteriza, que lo muestra siempre mirando los tres palos rivales y no colgándose de los suyos. Una campaña de 22 puntos, producto de un técnico "sacapuntos". ¿Cuidadoso? Sí, pero que, con lo suyo y los suyos, va al frente.